23 rue du Palais, 21000 Dijon
Detrás de la fachada discreta de una casa burguesa del siglo XIX, un hotel con una atmósfera íntima abre sus puertas para una estancia marcada por la elegancia y la autenticidad. A pocos pasos del Palacio de los Duques y del centro histórico de Dijon, este establecimiento combina el encanto histórico con el confort moderno, ofreciendo a sus huéspedes una experiencia a la vez refinada y acogedora.
La arquitectura de época ha sabido mantener su carácter, con su escalera de piedra de Borgoña y su techo a la francesa original. Bajo las bóvedas de una bodega del siglo XV, un espacio dedicado al descubrimiento de los vinos de Borgoña espera a los amantes de los grandes vinos. Más que un simple lugar de estancia, es una invitación a sumergirse en el alma de la región, entre patrimonio, gastronomía y arte de vivir.
El hotel cuenta con nueve habitaciones únicas, cada una inspirada en un símbolo de Borgoña. Materiales nobles, colores evocadores y detalles cuidados confieren a cada espacio una atmósfera singular. Una juega con el estilo barroco, otra se inspira en los reflejos dorados del Chardonnay, mientras que una tercera retoma los tonos púrpuras del melocotón de viña. El confort no queda atrás, con una cama de calidad, un baño privado con ducha, así como equipamiento moderno que incluye aire acondicionado, televisión de pantalla plana y máquina de café Nespresso. Un apartamento de 48 m², pensado para estancias en familia o con amigos, ofrece una cocina pequeña y un espacio para comer, conservando la atmósfera discreta del hotel.
Cada mañana, un desayuno buffet destaca los sabores locales. Se privilegian los productos frescos y caseros, con una selección de panes, repostería, quesos y especialidades regionales. Ya sea que elijan una taza de café humeante o un jugo de frutas recién exprimido, todo está pensado para empezar el día en las mejores condiciones.
Por la tarde, la bodega abovedada del siglo XV se convierte en el escenario ideal para una iniciación a los vinos de Borgoña. Se ofrecen degustaciones comentadas que permiten comprender mejor la riqueza de los terruños y las denominaciones locales. A través de encuentros con viticultores y animaciones temáticas, este lugar fuera del tiempo celebra el arte de la convivencia y el placer de los sentidos.
La experiencia no termina ahí. El hotel también organiza talleres de cocina donde los visitantes pueden aprender las recetas emblemáticas de la región, poniendo manos a la obra bajo los consejos de un chef. Un momento privilegiado para descubrir de otra forma la gastronomía borgoñona y llevarse recuerdos gastronómicos para compartir.
La ubicación del establecimiento facilita la exploración de los tesoros de Dijon. En pocos minutos a pie, es posible llegar al Museo de Bellas Artes, cuyas colecciones abarcan diversas épocas, o a la notable iglesia de Notre-Dame y sus famosas gárgolas. Las callejuelas cercanas reservan agradables sorpresas, entre anticuarios, tiendas gourmet y boutiques de artesanos.
A pocos pasos, el mercado de Les Halles es una parada imprescindible para los amantes de los productos locales. Aquí, quesos, embutidos y dulces locales despiertan el paladar y recuerdan que Dijon es una tierra de sabores. El barrio también está lleno de direcciones gastronómicas donde vale la pena detenerse. Entre ellas, un conocido bistró ofrece una cocina borgoñona reinterpretada, mientras que un lugar más íntimo sirve excelentes caracoles y un boeuf bourguignon que se deshace en la boca.
Los apasionados de la historia disfrutarán de un paseo hasta el Jardín Darcy, donde se encuentra el Oso Pompon, una escultura emblemática de François Pompon. Desde allí, un paseo permite descubrir los vestigios de las murallas medievales y apreciar la diversidad arquitectónica de la ciudad.
Por la noche, Dijon se anima con conciertos, exposiciones y espectáculos variados. La Ópera de Dijon ofrece una programación ecléctica, entre obras clásicas y creaciones contemporáneas, mientras que algunas bodegas de la ciudad acogen íntimos conciertos de jazz.
Entre el confort discreto, el descubrimiento cultural y los placeres gastronómicos, este hotel ofrece mucho más que un alojamiento: una inmersión completa en el arte de vivir a la borgoñona. Ya sea que estén de paso para una escapada romántica, una estancia enológica o un viaje de negocios, cada detalle está pensado para que su parada en Dijon sea una experiencia tan agradable como inolvidable.
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